En la cuantificación de los costos por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) no hay presiones ni mala fe, aseguró David Colmenares, titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Aceptó que, efectivamente, hay una discrepancia, que algunos consideran un error en dicha auditoría.
Durante su larga comparecencia ante la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados, Colmenares habló de las “inconsistencias” en la fiscalización del NAIM.
Órgano apartidista y apolítico
Dijo que, en su caso, pedirá el cese de cualquier servidor público del órgano de fiscalización que haya actuado con intereses personales o políticos al practicar las auditorías.
Que quede claro que no hay ningún tipo ni de presiones ni de mala fe; si lo hubiera o hubiera algún comportamiento negativo, pues yo sería el primero en denunciarlo, aseveró.
Enfatizó que la ASF es un órgano apartidista y apolítico, que no confronta ni mucho menos enfrenta a ningún gobierno, por lo que no le interesa entrar en una arena política.