Bolivar Hernandez*
Carlos Fuentes, el autor mexicano de una vasta obra literaria, hizo una gira de presentación de su libro más reciente en el año 1990, y para eso recorrió toda Sudamérica.
El presidente chileno Patricio Aylwin, primer presidente después de la dictadura pinochetista, tuvo a bien invitarme a una reunión en el Palacio de La Moneda, para conversar con Carlos Fuentes, y con otros escritores chilenos.
Mi entrevista versó exclusivamente sobre el Premio Nobel de literatura y su opinión acerca de su nominación para recibir tal distinción.
Fuentes se mostró desdeñoso con respecto a ese digno premio
No me interesa en lo absoluto , remarcó el escritor. Mi entrevista fue publicada en La Jornada y causó estupor por las declaraciones del escritor mexicano.
Durante el encuentro con la flor y nata de la literatura chilena y Carlos Fuentes, no dejé de observar las manos del escritor; Manos enormes y dedos gordos; pero particularmente atrajo mi atención los dedos índices que estaban muy torcidos, en modo notable.
Al estilo Sherlock Holmes, deduje que el escritor le daba fuerte a las teclas de su máquina de escribir Remington, usando solo los dos dedos índices.
*La Vaca Filósofa