Decir palabrotas, groserías, puede ser un signo de superioridad verbal, según un reciente estudio.
Las ventajas de maldecir son muchas, asegura Timothy Jay, profesor de psicología en el Massachusetts College of Liberal Arts, quien lleva investigando sobre el tema durante más de cuatro décadas.
Así, quienes tienen un pensamiento más ágil y mayor fluidez verbal, según un experimento de 2015, son capaces de emitir una mayor cantidad de malas palabras.
Las personas que son buenas en el lenguaje son buenas para generar un vocabulario grosero, asevera Timothy Jay.Decir palabrotas -añade- también se puede asociar con la inteligencia social, como una habilidad cognitiva social.
Subraya el experto que además, cuando expresas abiertamente tus emociones con palabras fuertes, darás la impresión de ser más honesto.
Finalmente, las malas palabras, dan más poder y fuerza a las personas que las usan ante una situación de coraje o dolor.